Niagara Falls, un destino de cuatro estaciones, impresiona todo el año. Comenzando en el invierno, se puede decir que esta maravilla de la naturaleza alcanza su punto máximo cuando todo está congelado. Ya sea que se aventure a través del Winter Festival of Lights, que beba el icewine característico de Niagara o descubra el frío de Journey Behind The Falls, ¡no debe dejar de visitar en invierno!
Por supuesto también hay mucho que decir de los jardines inmaculados y el follaje floreciente que cobra vida durante los meses más cálidos. Entre las 20,000 plantas de Floral Clock y las cerca de 100 acres de jardines impresionantes en Botanical Gardens, definitivamente se siente la primavera. Para cuando llega el verano, la ciudad está en su plenitud. Con los increíbles espectáculos con fuegos artificiales, los días soleados y restaurantes Fallsview que ofrecen guarniciones locales, ¡las posibilidades nunca terminan!
A medida que empieza a descender la temperatura, las hojas cambian de color enmarcando a toda la ciudad en una paleta intensa de tonalidades de otoño. También conocida como la temporada del maple en Niagara, ¡es el momento perfecto de explorar las vides y visitar los viñedos del área durante su cosecha!